Todos dormimos mal alguna vez, alguna noche. El insomnio aparece cuando esas noches de mal dormir se repiten. Te invitamos a que empieces a resolver ese problema y mejorar tu calidad de vida con un buen dormir.
Soy psicólogo.
A lo largo de todos estos años me he formado en distintas prácticas profesionales y psicoterapéuticas. En los últimos tiempos me he formado en Terapia Cognitiva Conductual del Insomnio.
¿Por qué hice esto?
Porque he padecido muchísimos años el insomnio: durante décadas he tenido dificultades para conciliar el sueño.
Sé por experiencia y por vivencia propia qué es no poder dormir cuando uno desea eso por sobre cualquier otra cosa. Esa lucha nocturna contra el insomnio la di incontables noches.
Como todos los insomnes he buscado y explorado infinidad de alternativas con distintos resultados: algunas alternativas fueron más eficaces que otras.
Por mi profesión llegué, hace unos años, a la TCC I (Terapia Cognitivo Conductual del Insomnio).
Hice esa terapia como paciente y descubrí que podía dormir mejor y al día siguiente de dormir bien, mi día era muy bueno, sin pesadumbre en mi cabeza, sin bostezar demasiadas veces, sin las ganas de hacerme una siestita reparadora, sin cabeceos, sin irritabilidad y de buen humor.
Mi objetivo es trabajar con vos en la TCC I para que mejores tu calidad de vida y logres el bienestar psicológico y emocional que tanto anhelas.
Dormir mal tiene efectos en su calidad de vida en el corto plazo: se resiente la salud física, emocional y mental.
Una noche de mal sueño hace que al día siguiente estemos fatigados, irritables y poco concentrados.
La somnolencia en momentos inapropiados del día es un aviso evidente de que no hemos dormido en forma óptima durante la noche.
El método de trabajo TCC I es una práctica que fusiona lo que pensamos con lo que hacemos para tratar de dormir bien.
Esta terapia aborda el Insomnio desde lo Cognitivo y lo Conductual. Explora qué cosas pensamos y creemos que están impidiendo lograr un sueño normal. Aborda lo conductual: qué conductas estamos haciendo mal para producir insomnio.
El tratamiento se basa en los datos que va a recopilar el paciente en su casa a partir de consignas e instrucciones, que el psicólogo le vaya dando en cada una de las sesiones.
Recuperar el buen humor, la concentración para las tareas cotidianas, no estar irritable, son algunos de los efectos que se logran tras pocas sesiones de terapia Cognitivo Conductual para el Insomnio.
No hay datos concretos que nos permitan conocer cuánto se puede estar sin dormir antes de caer enfermo. Se conocen casos de soldados durante la segunda guerra mundial que estuvieron sin dormir hasta cinco días, sin presentar graves trastornos posteriores. También hay datos de una persona que estuvo sin dormir hasta 11 días. Las personas que sufren insomnio no están sin dormir y muchas de ellas tienen microsueños de minutos que pueden ser reparadores.
El despertarse muchas veces es una forma de insomnio, en el que el sueño está fragmentado. No obstante, todos tenemos microdespertares a lo largo de la noche. Solo cuando tras despertarse el paciente no se vuelve a dormir rápidamente podemos hablar de insomnio.
En general se dice que hay que dormir entre 7 y 8 horas, pero estas cifras varían a lo largo de la vida. Los bebés pueden dormir hasta 20 horas y los adultos por encima de 65 años pueden dormir tan solo cinco horas. Además, hay personas que necesitan dormir menos. Lo importante es si el paciente presenta síntomas de cansancio y si se encuentra bien durante el día.